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¿Qué forma jurídica elegir como autónomo?

Al emprender un negocio tendremos que decidir la forma jurídica que vamos a emplear. En este artículo os contamos las ventajas y desventajas más importantes de las formas más comunes que podéis elegir.

La forma jurídica es la identidad o modalidad legal que adquiere una empresa al ser constituida. Dependiendo de la que se elija la empresa adquiere unas u otras obligaciones contables y tributarias, además de obtener ciertas ventajas para su desarrollo o la responsabilidad de sus propietarios.

Hay muchas formas jurídicas posibles como autónomo:

  • Empresario individual (autónomo)
  • Emprendedores con responsabilidad limitada
  • Sociedad limitada (SL)
  • Sociedad anónima (SA)
  • Sociedad civil
  • Sociedad comanditaria

De entre todas ellas nos centraremos en las tres más usadas por las ventajas que ofrecen, el empresario individual (autónomo), la sociedad limitada (SL) y la sociedad anónima (SA).

Empresario individual o autónomo

El empresario individual o autónomo es la forma más escogida ya que los trámites son rápidos y sencillos. Los costes de gestiones administrativas son muy inferiores a los que tienen las sociedades mercantiles. En contraprestación, respondes de las deudas de tu negocio con tu patrimonio personal, por los que tu responsabilidad no es limitada y el riesgo es mayor. La tributación de beneficios se hace a través del IRPF, por lo que la tributación será progresiva según tus ingresos. Además, deberás pagar la cuota de autónomo y la contabilidad que se obliga a llevar es sencilla. Recomendamos esta forma jurídica para pequeños negocios que no requieran de mucha inversión inicial y cuando seas el único socio inicial.

Sociedad limitada o S.L.

Por otro lado, la sociedad limitada o S.L. es una forma jurídica en la que el capital (empresa) está dividido en participaciones entre los socios. Se caracteriza porque los socios no responden personalmente de las deudas de la sociedad. Requiere de un capital mínimo de 3.000€ que deberán aportar los socios y de la llevanza de contabilidad formal. Se tributa por el impuesto de sociedades (IS) que es proporcional al 25% del beneficio anual de la sociedad, por lo que a partir de cierto volumen es muy beneficioso fiscalmente. Esta es la forma jurídica que más se adapta a las empresas que vayan a tener varios socios y no necesiten de inversiones iniciales muy grandes.

Sociedad anónima o S.A.

Por último, existe la posibilidad de elegir la sociedad anónima o S.A. como forma jurídica. Esta opción solo la recomendamos para empresas que vayan a necesitar inversiones grandes iniciales. Tienen el inconveniente de que es obligatorio un capital social mínimo de 60.000€. La ventaja que tienen es que pueden cotizar en bolsa, sin embargo, esto al inicio de un negocio no suele ser importante. Es otra forma posible, pero es menos recomendable para nuevas empresas por las inversiones iniciales necesarias.

Como hemos visto cada forma jurídica tiene características que la hacen única y mejor para cada situación. Por eso es tan importante elegir la forma adecuada para tu negocio, ya que te puede ahorrar costes o aumentarlos innecesariamente. Desde LEXXI abogados ponemos a tu disposición a nuestros abogados para a la hora de elegir la forma adecuada y nos encargamos de todos los trámites necesarios para ponerla en funcionamiento. Contacta con nosotros llamando al +34 976 237 799 o a través de esta misma página web.